El 11 de diciembre se celebró la trigésimo segunda Asamblea General de la Orden, en el restaurante el Ancla, a orillas del lago de La Casa de Campo.
Restaurante amplio, con grandes cristaleras, que estarán abiertas durante la comida y donde poder guardar distancia de seguridad.
Restaurante con cristaleras abiertas, para ventilación natural. |
Después de dos años, sin vernos de manera presencial, dio comienzo la Asamblea, donde pudimos saludarnos personalmente y compartir esta reunión tan deseada.
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Da comienzo a la reunión con el preceptivo ágape. |
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Una parte de la mesa dando cuenta de las viandas. |
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El resto de los comensales. |
. Una vez concluida la comida, el Gran Maestre procedió a leer el tan esperado y ansiado discurso anual, de la XXXII Asamblea General de la Orden.
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. A continuación del discurso, se suscitó una animada y deseada sobremesa, que continuó hasta bien entrada la tarde, ¡Había que ponerse al día, de tanto tiempo sin vernos!
Corrillos animados de conversación... |
...donde las palabras se amontonaban por salir. |
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. La animada charla continuó, fuera del restaurante, hasta la caída del sol.
Salida del restaurante, nadie se quería mover. |
.Contemplación del lago y del reflejo del sol poniente sobre los edificios deMadrid
. En un maravilloso paisaje con las luces del restaurante al fondo y más allá la silueta de Madrid.
Las luces del restaurante reflejadas en el lago. |
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Reflejo del sol poniente en los edificios del fondo. |
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Los chiringuitos, con luz vespertina. |
. Siempre la penúltima copa:
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Siempre la "penúltima". |
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. Y hasta aquí el reportaje...... aunque, la noche continuó.
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.Transcripción del discurso:
TRIGÉSIMO SEGUNDO ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA ORDEN DEL PENÚLTIMO VIERNES DE TRIMESTRE
Hermanos y hermanas en la Orden, en esta reunión finianual, nos encontramos pletóricos de ánimo y con el corazón desbocado, por vuestras divinas presencias en este ansiado encuentro, que la maldita pandemia nos ha robado estos dos últimos años.
Hemos observado, en estos tiempos, que la conexión, las vivencias y la sabiduría de todos nosotros, hermanos y hermanas en la Orden, ha trascendido a un tan alto estadio que, nos complace afirmar que ya, todo está dicho: “Nihil novum sub sole”.
Pero, en lugar de acomodarnos, como consecuencia lógica del “solens loquor”, permitidnos, que por nuestro carisma y por nuestra camaradería continuemos dándoos la vara, la tabarra y la murga, “per secula seculorum”.
En acabando con más latinajos, y en siendo “densus et brevis”:
Carpe diem in aeternum.
Salud y larga vida a la Orden
En Madrid a 11 de diciembre de 2021
Restaurante “El ancla del lago”
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