Loor y Gloria al Gran Maestre.
Tu has conseguido que la Orden llegue hasta hoy.
En el principio, tuviste en tu
mesa clérigos y nobles
Cardenal Mendoza y Duque de Alba
que te asesoraron.
Noches de innumerables Lepantos destilaron sus normas.
Normas no escritas pero cumplidas por todos.
Tu has transformado
Las noches oscuras de Sueños
Las noches frescas de Regaderas
Las noches profundas del Voy-Voy
Las noches caribeñas del Vaivén
y
Las noches enigmáticas del Berlín
En amaneceres de rutilante luz que no nos abandonan nunca.
Tu has creado nuestro Macondo: Navas de Oro.
Donde cualquier acontecimiento del Universo
tiene su reflejo y donde todo se resuelve
con el sentido común y la bonhomía
del hombre cabal.
Tu has conformado a los hermanos como duelas
que unidas entre sí guardan la esencia de la vid.
Su madera contribuye a la excelente
maduración de los caldos
Y a la adquisición de ese bouquet característico
que los hacen únicos e inigualables.
Tu has sido siempre fiel a la letra de nuestro himno:
Hacinado en el cosmos siempre
sabes donde estás
Y dices tal cosa y dices tal otra y demuestras que todo es verdad
Has vivido lo que cuentas… tu
universo en libertad
Celebras estar vivo por
la mañana al despertar
Siempre con esas dosis de alegría que nunca pueden hacer mal.
Tus nos enseñas el camino, en cada uno de los discursos
Que releemos para embriagarnos de
sabiduría.
Loor y gloria al Gran Maestre